sábado, 24 de noviembre de 2012

Puerto de Cripán-San Tirso-Senda del Nacedero



Por una vez la ruta estaba clara, pero el frío viento que soplaba en las inmediaciones de la Sierra de Cantabria y la niebla que la cubría desaconsejaban la subida al León Dormido, así que hemos decidido dejarla para otro día e internarnos en los bosques de la sierra para resguardarnos del viento.

Saliendo de Cripán hemos puesto dirección hacia la sierra. Iniciamos la subida por un camino roto. Dado que luego bajaremos por él, nos vamos fijando en los numerosos escalones anticipando cómo será la bajada.

Cuando llegamos a una pista giramos a la derecha por un camino alfombrado de hojas de roble recién caídas.  La pendiente es fuerte al principio, pero se suaviza un poco al cabo de un rato.

 Alcanzamos la cota de altura donde las hayas sustituyen a los robles


y poco a poco el camino se estrecha hasta llegar a convertirse en una senda
Foto de Alberto

con tramos bastante técnicos
Foto de Alberto

que atraviesa la línea de cumbre en un cortado (Puerto de Cripán) en el que soplaba un fuerte viento.

Iniciamos un breve descenso por la vertiente norte de la sierra,
Foto de Alberto


 poniendo especial cuidado porque las piedras húmedas estaban muy resbaladizas.



El disfrute dura poco tiempo,

y en seguida tenemos que recuperar la altitud perdida por una ancha senda totalmente cubierta por la hojarasca.

La pendiente es muy fuerte, y lo resbaladizo del terreno hace que el esfuerzo por mantener el equilibrio y seguir subiendo sea aún mayor, lo que nos obliga a detenernos varias veces.
Foto de Alberto

 Varias eses nos hacen ganar altura rápidamente, pero nuestras piernas se resienten del esfuerzo.

Cualquier excusa es buena para detenerse a tomar aliento, no sé, un haya con formas caprichosas,

unos caminantes que bajan, hacer una foto o simplemente disfrutar del silencio y de la magia del hayedo.

La desaparición de las hayas y la presencia del boj nos anuncian que la cumbre está próxima.

Al llegar arriba, el frío viento nos hace resguardarnos al abrigo de la roca. De todos modos las vistas hubieran sido nulas por la niebla.

Algo de comer y para abajo. Los primeros tramos son rápidos y relajados,

pero al coger la senda del Nacedero la cosa se complica.
 
Bordeando el Macizo de Montorte
Foto de Alberto

la senda desciende con gran pendiente por un terreno con tierra húmeda cubierta por entre 15 y 20 cm. de hojas, 

con un trazado en forma de V y con varios escalones pronunciados.
Foto de Alberto

La gran dificultad de la bajada hace que disfrutemos tanto que el par de caídas tontas (sin consecuencias) no nos hacen perder la sonrisa.

Después de serpentear entre los arbustos,

la senda desemboca en una pista que bajamos rápidamente para finalizar bajando por el camino roto por el que hace unas horas iniciamos la ruta, saltando a gran velocidad los escalones en un fuerte apoteosis final. Un caldo calentito en Oyón comentando la ruta ponen punto final a esta gran ruta endurera.

2 comentarios:

  1. Buena crónica, pero yo la llamaría "pequeña gran ruta endurera", jaja, 13 km intensos de verdad!

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  2. La grandeza no se mide en km. ni en metros de desnivel. Esta ruta no tiene nada de pequeña, y si no mira su IDG jajaja

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