sábado, 17 de noviembre de 2012

Senda Trevijano – Piojo Xtrem



Como suele ser habitual, la ruta no estaba prefijada de antemano. Pero Alberto siempre tiene una carta en la manga con la que sorprendernos.

Aunque parezca mentira, por unas causas u otras, yo no había bajado nunca la senda del Piojo, por lo que nos decidimos por esta senda de la que tanto he oído hablar.

El comienzo de la ruta es el mismo del día que estrené mi YT, desde donde muere el camino que viene del monasterio de San Prudencio por carretera hasta enlazar con la pista que sube a los corrales de Zorralamuela.

Mientras ganamos altura rápidamente podemos disfrutar de los colores que luce el monte, lo que hace que a pesar de su dureza la subida se haga más llevadera.

A medida que ganamos altura podemos disfrutar de hermosas vistas de los montes que flanquean el valle del Leza.

Tras desviarnos por la senda, se suceden los tramos exigentes

que nos ponen a prueba.

La bajada a Trevijano por senda, como siempre, muy rápida y divertida.

Una parada en la ermita de Trevijano para comer algo nos permite disfrutar de los colores del robledal que se extiende a los pies de Trevijano

Continuamos en dura ascensión por la parte alta del pueblo (unas ruinas en realidad) y continuamos por unas verdes praderas que poco a poco, pero con alguna dificultad, nos permiten ganar altura.

El último tramo lo realizamos por una senda pedregosa pero ciclable que nos deja en el collado cercano a los corrales de Zorralamuela, donde nos preparamos para el gran descenso de la jornada: la senda del Piojo.

La primera parte es muy rápida por un camino que desemboca en una alfombra de hierba,

pero la parte light acaba cuando nos desviamos a la izquierda por una senda con una pronunciada pendiente

y bastantes piedras, alguna de ellas de tamaño considerable (una de ellas me rompió un diente…. del plato), pero muy divertida.
 
Al terminar de bajar la senda sube un poco hasta volver a encontrarse con la senda principal.


Tras pasar por una zona de “descanso”, muy seca, 

nos tomamos un respiro

y nuevamente acometemos una variante, desviándonos de nuevo a la izquierda hacia el fondo del barranco, empezando por un tramo de mucha pendiente pero sin dificultad

que nos deja en una bonita senda, muy divertida,

y con unas eses finales que quitan el hipo
Oscar negociando las eses

pero que superamos gracias al buen agarre del terreno.

Tras empujar un poco la bici salimos a la pista que viene del monasterio y bajamos rápidos hasta el coche, soltando la poca adrenalina que nos quedaba.

Un gran bautismo en esta senda gracias a la completa ruta preparada por Alberto que espero repetir pronto.

2 comentarios:

  1. Poco a poco ya vas haciendo las rutas "pendientes" eh! (pendientes en todos los aspectos, jeje). La verdad es que quedó la ruta muy bien, tienes la suerte de que con los años ya he podido perfeccionar las rutas y no vamos a la aventura como antes, pero ya llegarán días que si, todavía tengo pendientes algunas cosillas... Por cierto, no has dicho nada de lo bien que olían las ruedas a tomillo al acabar XD

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  2. Ja,ja.
    La verdad es que es todo un lujo poder disfrutar de tus rutas. Pero no me asustan las aventuras, todo lo contrario.
    Y sí. Las ruedas olían a tomillo, y los frenos a quemado!! Ja,ja.

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