sábado, 30 de marzo de 2013

Ruta de la Muerte OR



Esta es una ruta clásica del grupo OR pero que yo no había podido hacer nunca, y este año no quería dejar pasar la ocasión. Pero mi bajísimo estado de forma no me permitía hacer la ruta entera (cuyo nombre hace alusión a su dureza), así que me he buscado dos aliados para atajar un poco.

Y así salimos todos juntos de Anguiano, mientras el sol comienza a iluminar las peñas.

Las intensas lluvias de los días anteriores han dejado el camino blando lo cual hace más penosa la subida.

Pronto se hace patente el diferente estado de forma: por delante la flor y nata de los OR (y faltan bastantes) impone un ritmo rápido,

mientras que por atrás vamos guardando fuerzas para lo que nos espera.

Llegamos a Matute y nos decimos hasta luego, y mientras el resto del grupo sube hacia Villaverde nosotros cogemos el GR que va a Tobía.

No contábamos con que el arroyo bajase tan crecido, pero no nos echamos para atrás y lo cruzamos.

Relajados vamos llegando a Tobía, y cogemos la carretera que lleva al Rajao.

Un alto en el camino para comer algo y para descansar antes de comenzar la dura subida mientras disfrutamos del espectáculo de ver el hayedo con tanta agua.
La pista está en perfecto estado, pero el desnivel a veces es muy alto, por lo que aprovechamos la excusa de hacer una foto para recobrar el aliento.

Ganamos altura rápidamente y pronto podemos disfrutar de amplias vistas sobre esta parte de la sierra, con el hayedo desnudo a la espera de que la primavera avance y se vista de verde, pudiendo observar cómo se alternan los diferentes tipos de bosque.

Unas verdes campas y el encuentro con un amigo que estaba buscando setas nos da un respiro antes de afrontar los últimos km. de ascenso.

Las hayas dejan paso al brezo, lo que nos hace pensar en volver por esta zona cuando esté florido porque tiene que ser un espectáculo de color.

Al poco rato vemos aparecer a lo lejos a un ciclista y pensamos que es la avanzadilla del grupo que ya nos pisa los talones. En una parada que hacemos para descansar vemos que es Jesús, que tras comprobar la dureza de la ruta ha decidido atajar también y nos ha dado caza.

Y así continuamos los cuatro hasta llegar al punto más alto de la ruta. El resto del grupo, ahora sí, ya viene así que les esperamos disfrutando de las hermosas vistas del San Lorenzo y los Pancrudos.

En este punto, unos disfrutan con la nieve,

otros haciendo fotos a los caballos, 

otros con las vistas
Foto de Víctor

y algunos soñamos con la bajada que nos espera.

Después de la obligada foto de grupo
Foto de Víctor
continuamos llaneando por pista

hasta que nos tiramos por unas praderas que desembocan en un hayedo, algo traicionero por la inclinación lateral de la senda y por la humedad del terreno, que obliga a un tener un tacto especial con los frenos y con la dirección para mantener la trazada.

Según perdemos altitud cambia la vegetación y la senda se interna en un robledal 

en el que el terreno está más seco y se rueda a gran velocidad, a pesar de los tramos plagados de piedras sueltas que la hacen incómoda y dura para los brazos.

La larga parte final de esta senda discurre entre encinas y el terreno está más descarnado, 

con algún paso encajonado con curvas cerradas

 y pendientes algo más pronunciadas,
Foto de Víctor
lo que supone un divertido broche a esta senda.

Llegamos a Anguiano a la hora prevista,

tras cinco horas de ruta en la que las lluvias nos han respetado e incluso hemos disfrutado de unos buenos ratos de sol.

Tras lavar las bicis y después de una merecida ducha, damos buena cuenta de un buen plato de caparrones, seguido de una tertulia donde comentamos los pormenores de la ruta de hoy.


No hay comentarios:

Publicar un comentario