Después del parón debido a las Navidades
(más motivado por los numerosos compromisos sociales que por otra cosa), vuelvo
a salir un sábado con Alberto y Fran. Las recientes nevadas que persisten por
encima de los 1.000
metros y las lluvias de la noche pasada que habrán
encharcado cotas más bajas nos limitan a la hora de planificar la ruta, así que
nos decidimos por la zona de Gallinero que aguanta bien el agua y nos ofrece
alternativas en el caso de que encontremos mucha nieve.
Así que nos dirigimos a Pradillo,
donde dejamos los coches e iniciamos la ruta subiendo por la calzada romana en
dirección a Peñas Malas, donde yo sabía de una senda que nos llevaría por
Peñalibano hasta Gallinero (parte de la Gallinerada 2012 de los OR)
La subida es muy llevadera y
rápidamente alcanzamos el mirador, donde tras disfrutar del excalextric que hay
a nuestros pies nos desviamos por la senda. Una senda preciosa, con apenas desnivel,
que parece alfombrada: la senda perfecta.
Lo malo es que desemboca en una
pista que sube en dirección sur
y que al poco rato se convierte en una
auténtica pala que nos exprime en todos los sentidos.
Poco a poco la pendiente se
suaviza un poco, aparecen las primeras hayas con sus curiosas formas
y a unos 1.100
metros de altitud hace su aparición la nieve.
Muy tímidamente
al principio, pero al poco rato ya empieza a comprometer la tracción,
originando un peculiar debate sobre la conveniencia de ruedas más finas o más
gordas para pedalear sobre nieve.
Alcanzamos un collado donde la
nieve es más abundante,
acumulándose sobre todo en el camino, por lo que
decidimos ir fuera de la pista donde el viento se ha llevado parte de la nieve.
Justo antes de coger el GR que
baja a Gallinero, vemos unas campas nevadas y no podemos resistir la tentación.
Siguiendo el track de la
excelente ruta que preparó Ramón en Mayo e intentando no hundirnos en la
abundante nieve, poco a poco vamos dando con el camino a seguir, parándonos en
el depósito de agua de Gallinero a disfrutar de las vistas de este bonito
pueblo camerano.
El GR inicialemente con bastante nieve
nos deja rápidamente
Foto de Alberto |
en el pueblo,
donde almorzamos disfrutando de un sol que ahora luce con fuerza.
Decidimos dejar nuevamente el
horquín para otra ocasión, y cogemos el GR que baja a Villanueva. Aunque muy
embarrado los primeros metros, en seguida comprobamos que aguanta perfectamente
el exceso de humedad, aunque las dos zonas técnicas con piedras
y fuertes
pendientes están muy resbaladizas y se nos vuelven a atragantar
(volveremos a intentarlo cuando esté
seco)
Al llegar a la zona más elevada de la senda nos paramos a disfrutar de las vistas.
La divertida zona de las eses nos
permite poner en práctica ciertos truquillos que, sin demostrar claramente su
utilidad, resultan muy vistosos (giros con la rueda trasera levantada, derrapes
para trazar curvas cerradas, etc.) y hacen que lo pasemos en grande.
El descenso por el hayedo,
con más agua debido al deshielo
lo
hacemos tranquilos, disfrutando,
Foto de Alberto |
y descubrimos que los cazadores y los
carroñeros han pasado dejando cada uno su huella en lo poco que queda de un
gran ciervo.
En Villanueva, unos minutos de
disfrute de la excelente mañana soleada
con el arrullo de la fuente.
El tramo de la calzada romana que
nos lleva de vuelta a Pradillo es un paseo relajante,
colofón perfecto para una
ruta corta pero muy bonita, para este reencuentro con los amigos, con la nieve
y con la montaña.
Me gusta ver que disfrutais por mi pueblo....al final no pillasteis mucha mieve! me alegro...la proxima contar conmigo.
ResponderEliminarsaludos