Días en Blanco
Se hizo esperar, pero al final
llegó la nieve. Y llegó para quedarse. Así que los últimos cinco fines de
semana han sido literalmente Días en Blanco.
Día 1: La Cueva del Oro
El primer día Sergio nos propuso ir a buscar la Cueva del Oro en la zona del Rajao de Tobía. Nos juntamos Sergio, sus dos amigos Angel y Mikel, Alberto y yo. Dejamos el coche más allá del refugio y comenzaos a andar con un frío intenso (-5ºC) por la pista en la que unas huellas de neumáticos facilitan la marcha.
Más
adelante nos desviamos a la izquierda donde ya no hay huellas y una gruesa capa
de nieve polvo fino hace la marcha algo más pesada.
Luego nos desviamos a mano
derecha por una trocha en fuerte pendiente.
Aquí el avance es más penoso debido
a la cantidad de nieve.
Tras unos centenares de metros la subida nos deja en la
boca de la Cueva
del Oro
La cueva en sí es una pequeña
oquedad de unos 30 metros
de profundidad donde una pareja de murciélagos sobreviven acurrucados al
intenso frío.
El regreso lo hacemos monte a
través,
subiendo y bajando por un mar de nieve,
disfrutando como niños
de la bajada
con esta nieve en perfectas
condiciones.
Y para celebrar una bonita mañana de nieve con amigos
terminamos en Nájera
comentando los detalles con unas buenas cervezas.
Día 2: Un Día en la Nieve
El sábado siguiente tocaba bici,
así que nos armamos de valor y Sergio, Alberto y yo cogimos los coches en
dirección a Lugar del Río. La carretera estaba muy mal y vimos varios coches
cruzados en la carretera o caídos en las cunetas. Teniendo en cuenta que la
cosa iba a ir a peor decidimos que no merecía la pena correr riesgos innecesarios,
así que nos quedamos en Baños de Río Tobía.
Allí Sergio conocía una senda
cortita pero molona que podíamos hacer.
Así que empezamos como suele ser habitual: subiendo.
Hay mucha nieve y debajo una capa de
barro muy resbaladiza que hace muy difícil rodar,
Al llegar a lo alto de la loma el
viento sopla con fuerza,
Foto de Sergio |
pero pronto entramos en una zona casi sin pendiente y muy cerrada de
encinas por la que rodamos sin dificultad.
Comenzamos la bajada que con la
nieve y el barro que hay debajo está muy delicada.
Foto de Sergio |
En algún momento u otro los
tres acabamos rebozados en nieve pero nada importa.
Terminamos en Nájera con una cerveza
para celebrar que en un día tan malo hemos conseguido hacer una corta pero
divertida ruta y hemos disfrutado mucho. Alberto grabó un bonito vídeo que
podéis ver en este enlace.
Día3: Buscando al Yeti en Puente Ra
Después de estar toda la semana nevando estaba claro que este sábado no podíamos coger la bici, así que Alberto y yo nos fuimos a la zona de Villoslada con la idea de ir a ver las Cascadas de Puente Ra.
Dejamos el coche en el desvío a
la ermita y comenzamos a caminar en dirección a Puente Ra. Hay unos 20 dm. de
nieve y nos viene bien ir siguiendo la huella de unos skis de hace unos días.
A medida que avanzamos
hay más y más nieve,
y cuando llegamos a las cascadas
son un espectáculo de nieve y hielo como nunca las había visto.
hay más y más nieve,
y cuando llegamos a las cascadas
son un espectáculo de nieve y hielo como nunca las había visto.
Llegar hasta aquí era nuestro
objetivo inicial, pero tenemos tiempo y el bosque está espectacular,
así que después de muchas fotos continuamos hacia arriba.
Comprobamos que han hecho un práctico puente de madera para cruzar el río, puente cubierto por una gruesa capa de nieve. El puente está a mano izquierda, pero no se ve fácilmente porque lo tapan unas rocas.
así que después de muchas fotos continuamos hacia arriba.
Comprobamos que han hecho un práctico puente de madera para cruzar el río, puente cubierto por una gruesa capa de nieve. El puente está a mano izquierda, pero no se ve fácilmente porque lo tapan unas rocas.
Ahora ya no hay huella a seguir
sino que la tenemos que hacer nosotros.
La nieve está recién caída y tiene un espesor de más de 40 cm.
y en algunos casos se acumula nieve hasta la cintura lo que hace muy penoso avanzar.
La nieve está recién caída y tiene un espesor de más de 40 cm.
y en algunos casos se acumula nieve hasta la cintura lo que hace muy penoso avanzar.
Continuamos durante un km. más o
menos, pero cada paso en esta nieve recién caída supone un gran esfuerzo.
Inicialmente nos contentábamos con llegar a las cascadas y habíamos avanzado bastante más, por lo que nos dimos por satisfechos y regresamos con muy buenas sensaciones, muchas fotos y un precioso vídeo que grabó Alberto.
Inicialmente nos contentábamos con llegar a las cascadas y habíamos avanzado bastante más, por lo que nos dimos por satisfechos y regresamos con muy buenas sensaciones, muchas fotos y un precioso vídeo que grabó Alberto.
Día 4: Soledad en Hoyo Mayor 2015
Había sido una semana de mucho
frío. La nieve permanecería y estaría más dura. Era el momento de volver a
intentarlo. Así que, esta vez sólo, volví a Villoslada para intentar llegar a
Hoyo Mayor.
A las 8 ya estaba caminando. La
nieve pisada estaba helada y la que estaba sin pisar demasiado dura. De camino
a las cascadas se cruzan por el camino varios corzos y un zorro, y es que toda
la fauna está pasándolo mal con tanta nieve. La cascada ha perdido parte del
hielo que la cubría,
pero los carámbanos siguen estando espectaculares.
pero los carámbanos siguen estando espectaculares.
Continúo para arriba y al poco
rato me pongo las raquetas porque ya hay mucha nieve.
Consigo llegar a la pista y compruebo que en este tramo sigue acumulándose mucha nieve, con espesores de más de un metro.
Consigo llegar a la pista y compruebo que en este tramo sigue acumulándose mucha nieve, con espesores de más de un metro.
Continúo por la pista hasta el
desvío que va a Hoyo Mayor. Este tramo tiene mucha nieve y mucha pendiente, así
que tengo que tomármelo con calma.
Caminar sólo por el bosque nevado, por una nieve tan sólo hollada por los ciervos, corzos, zorros y liebres que han pasado antes, hacen que afloren en mí una catarata de sensaciones.
Caminar sólo por el bosque nevado, por una nieve tan sólo hollada por los ciervos, corzos, zorros y liebres que han pasado antes, hacen que afloren en mí una catarata de sensaciones.
Al salir del bosque al claro sale
algo el sol y me permite hacer unas bonitas fotos de la zona totalmente
cubierta de nieve
con los Hoyos al fondo.
con los Hoyos al fondo.
Es muy tentador intentar ir hacia el hoyo de la
derecha, quizá más espectacular que Hoyo Mayor debido a la verticalidad de sus
paredes, pero voy sólo prefiero no salirme de la ruta prevista y que la familia cnoce.
Cuando supero la cota de 1.700 la
nieve alcanza espesores de más de 1
m. y, en ocasiones, a pesar de las raquetas, me hundo en
la nieve hasta casi la cintura.
Finalmente llego a Hoyo Mayor y,
tras abrigarme, me tomo unos momentos de respiro
disfrutando de la soledad en este paraje tan bello.
disfrutando de la soledad en este paraje tan bello.
Pero compromisos familiares hacen
que tenga que regresar pronto, así que me pongo en camino.
Durante mi regreso
son numerosas las personas que suben a ver las cascadas.
Finalmente regreso al coche tras cinco horas de marcha, cansado pero feliz.
Finalmente regreso al coche tras cinco horas de marcha, cansado pero feliz.
Día 5: Intento de Subida al Telégrafo
Las previsiones para este sábado
no eran nada favorables: lluvia y más lluvia toda la mañana, siendo de nieve
por encima de los 1.200
metros.
Pero no me quiero quedar en casa
y decido ir a ver el hoyo de la derecha que tan buena pinta tenía cuando subí el sábado pasado a Hoyo Mayor.
Esta vez dejo el coche un poco
más adelante en el camino de Puente Ra para ahorrarme un par de lm. La nieve se
ha derretido en parte, así que por ahora no me pongo las raquetas. Desde el principio
cae constantemente la nieve, suavemente al principio pero a veces con rachas de
ventisca.
En 1:30 llego a la pista, que
tiene incluso más nieve que el sábado pasado. Sobre la capa de nieve helada hay
otra de nieve recién caída de unos 15 cm. de espesor, por lo que puedo caminar sin
raquetas a buen ritmo.
Vuelvo a subir por el mismo
bosque de hace una semana, pero mis huellas ya están borradas por la nieve
caída.
En el claro giro a la derecha
para enfilar el otro hoyo. Según me acerco va apareciendo de entre las nubes,
helado, majestuoso, desafiante.
Decido continuar hasta su
cabecera. Aquí la nieve alcanza un espesor que no acierto a estimar, ya que la
nieve describe unas ondas entre los árboles según el capricho del viento que ha
soplado estos últimos días.
Sigo ascendiendo por una
pendiente cada vez mayor, y bajo mis pies noto la capa de nieve antigua cada
vez más helada. Pero a base de patear fuertemente consigo que las botas hagan
un pequeño escalón y seguir avanzando. Las paredes del Hoyo están cada vez más cerca.
Los árboles ya no son sino
blancas formas apenas reconocibles
(quizá alguna de ellas sea el Yeti que vinimos a buscar Alberto y yo),
las placas de hielo se alternan con acumulaciones de nieve y el viento sopla cada vez con más fuerza.
Alcanzo la cota de 1.974 m. y el hielo ya es
demasiado duro como para tallar escalones, estoy sólo en esta fuerte pendiente, hay ventisca
y con el pico Telégrafo cubierto por las nuebes a unos escasos 50 metros por encima,
pero la prudencia me dice que debo dar la vuelta. Quizá otro día con crampones
pueda intentarlo de nuevo, pero hoy lo sensato es dar media vuelta. Al fin y al
cabo, el objetivo no era el pico sino el hoyo.
No es la mejor foto pero las condiciones no estaban para lujos |
En medio de una fuerte ventisca
inicio el delicado descenso por los escalones que había tallado en la subida, deteniéndome cada cierto tiempo para contemplar una vez más
el espectáculo de nieve y hielo que dejo detrás.
Tras cinco horas de ruta regreso
al coche orgulloso de haber vencido al desánimo ante un día tan desapacible, de
haber llegado hasta donde he llegado y de haber tenido la sensatez de haber
dado media vuelta cuando faltaba tan poco para hacer cumbre.
Pero la montaña se merece todo el
respeto y hay que tener la humildad suficiente para reconocer nuestras propias limitaciones.
Veremos qué nos depara la
climatología las próximas semanas, pero estos cinco Días en Blanco han sido
intensos y llenos de sensaciones, tanto en grupo con amigos y como disfrutando
de la soledad.
Por el momento, sigue nevando.....
Por el momento, sigue nevando.....
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