La de hoy es una ruta de
sensaciones, de sensaciones de vida.
Después de unas semanas de
convalecencia, vuelvo a salir en bici. Tras unas semanas de intensas nevadas,
ha vuelto a salir el sol. La nieve se ha derretido y el agua fluye por todos
los arroyos y los regatos. Después del letargo del invierno, parece como si
volviera la vida.
Ya desde el comienzo de la
mañana, fría, con unos 5º, una densa niebla cubría el valle del Ebro y confería
un siniestro aspecto al valle del Leza. Pero de repente desaparece la niebla, el valle vuelve a aparecer ante nosotros, sale el sol y parece como si estuviésemos más vivos que hace un rato.
El comienzo de la ruta, como casi
todas, es en subida. Atendiendo a mi petición, Alberto planifica el ascenso de
la forma más suave: por carretera. Aunque al final nos vino bien a todos porque
a estas alturas del año la forma no es la idónea.
Y así, tranquilamente, llegamos a
Luezas.
En este pueblo, que ha sufrido un letargo de varios años, también
parece que vuelve la vida, y junto a su semiderruida iglesia se pueden ver
casas totalmente rehabilitadas que auguran un futuro mejor.
Tras un breve descanso al sol,
y nos tiramos por
unas laderas
algo empedradas.
La senda es rápida, aunque no
exenta de sus dificultades, y todos disfrutamos del descenso.
Foto de Alberto |
Foto de Oscar |
Nadie quiere parar, pero hacemos el esfuerzo para poder hacer alguna foto con la que ilustrar la crónica.
Al llegar al camino principal lo
tomamos para dirigirnos a Trevijano. A lo lejos, muy lejos, entre montes, se puede ver
sólo la parte superior de la iglesia del pueblo, y la perspectiva me recuerda a
la Abadía de Melk que aparece solitaria en medio de la nada en la película “El
nombre de la Rosa”.
El comienzo es llevadero pero
pronto aparecen dos palas que nos hacen desmontar y subir andando, pero sin perder la sonrisa.
Cuando ya estamos cerca del
pueblo, Alberto nos tiene preparada una sorpresa: en lugar de seguir la pista
que llevamos, desviarnos a la derecha y bajar por la cara norte del barranco,
remontando el arroyo. Como siempre, da en el clavo, y disfrutamos de unas
sendas divertidas, de unos toboganes de vértigo y de las vistas del pueblo.
El agua procedente de la nieve
derretida está presente en toda la ruta. Arroyos secos durante la mayor parte del
año bajan ahora con bastante agua,
formando pequeñas cascadas,
las praderas
parecen terreno pantanoso pero, extrañamente, no se forma mucho barro. Bueno, creo
que Oscar se llevó todo el que encontramos.
Ya en Trevijano cogemos la senda
que baja a Soto, vieja conocida ya, que bajamos bastante rapiditos. Aún así, volvemos a hacer el esfuerzo de interrumpir el descenso para poder disfrutar de la oportunidad del momento.
Al cruzar
el barranco
podemos ver hecha realidad la cascada que hasta ahora sólo habíamos imaginado (al menos yo) por encontrarla siempre seca.
Foto de Alberto |
podemos ver hecha realidad la cascada que hasta ahora sólo habíamos imaginado (al menos yo) por encontrarla siempre seca.
Llegamos a Soto, cansados y
felices, y decidimos hacer unas fotos al río Leza que baja con un caudal muy
alto.
Y al acercarnos comprobamos que el agua da tanta vida que podemos ver unos seres vivos que raramente pueden verse en este río.
Donde habitualmente el cauce del río está totalmente seco hoy varios piragüistas descienden el río Leza, algo que muy pocas veces al año se puede hacer.
Desde aquí saludos a Pedro y al resto de amigos del Club Kayak Rioja
Gran crónica que suscribo al 100%, una gozada ver el monte así de vivo.
ResponderEliminarY lo mejor es que esto no ha hecho nada más que empezar.
EliminarLa verdad que si esta mas vivo que nunca...estuve el otro dia por el sendero que lleva a Santa Cecilia desde Santa Engracia y como estaba...uf barro con mezcla de orines de vaca y escrementos..je.je la verdad que sufri bastante y todo por no ir por donde nos recomiendan los carteles ciclomontañeros....como somos....buena cronica Diego
ResponderEliminarsaludos
Eso te pasa por no seguir mi blog! Te voy a poner falta, jajaja, estuvimos por allí hace unos meses y ya advertí de que hay un chapapote muy considerable, como comprobastes ;) Sin embargo por Soto sólo un tramito de pista malo, en el resto las piedras no dejaban sitio al barro :P
EliminarA ver si nos juntamos por cameros otra vez, buena nevada habrá ahora en gallinero...
La próxima vez te vienes con nosotros que el maestro Alb es experto en elegir rutas sin barro hasta en días en los que cae el diluvio universal. Un abrazo.
ResponderEliminarHola buenas me llamo Eduardo y soy endurero a muerte. He estado viendo un poco vuestro blog y bueno,he pensado que como os va el temita y se os ve con bastante tecnica en las fotos podiamos conocernos y juntar algun dia los dos grupos endureros para rutas guapas de bien de sendas. Como no se otra forma de ponerme en contacto con vosotros os dejo mi email (xino_urza@hotmail.com) y si os parece que nos conozcamos ya me escribireis.
ResponderEliminarUn saludo y a darle mucho cuero! ;)