Quien siga habitualmente este
blog se habrá dado cuenta de que, como ya dije anteriormente, no todo es bici.
Ayer estuve rodando por los
alrededores de Logroño y Cenicero y pude comprobar que la primavera está
estallando en todo su esplendor. Después de meses de invierno, con muchas rutas
y fotos de paisajes nevados, de olores oscuros y monótonos, el agua de vida ha hecho renacer la naturaleza y
el color ha vuelto con toda su fuerza.
Por eso, no pude evitar detenerme
cuando vi que el tomillo que da olor a las ruedas estaba floreciendo.
Y así,
cada vez que encontraba un rincón lleno de color, me detuve para hacer una
foto.
Luego decidí retomar algunas
fotos tomadas días antes para incluirlas todas en esta entrada.
Así, seleccioné fotos de los
melocotones en flor de finales de marzo,
los cerezos de primeros de abril,
el contraste del amarillo
sobre el verde del campo de golf,
pasando por los tulipanes
y los lirios de mi terraza,
o una alfombra de florecillas en la Grajera.
Y añadí las de ayer, esta flor cuya forma recuerda a
la de la jara,
unas delicadas florecillas azules,
el amarillo intenso de la
aulaga en flor,
el rojo de una amapola,
el verde de un campo de cebada
y la
fuerza del tierno brote en una vieja cepa.
Te han faltado los almendros de febrero :P
ResponderEliminarQue gusto da cuando llega la primavera! Y si vas subiendo altura la puedes alargar hasta julio, así que a seguir recopilando fotos!
Tienes razón, pero no es por falta de fotos de almendros...
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