A la hora de planificar la ruta
de hoy había varias limitaciones. Las últimas nieves descartaban altitudes
superiores a los 1200
metros, el mal tiempo anunciado descartaban aventuras
arriesgadas y las últimas semanas de inactividad descartaban rutas duras, así
que había que planificar bien.
Pero Alberto es una persona de
recursos y se sacó de la chistera este pedazo de ruta, gracias también al buen trabajo
realizado por Fernando limpiando y marcando sendas por toda la zona de Jubera.
Comenzamos en Jubera subiendo
unos km por la carretera que lleva a Robres para continuar por un empinado
camino tapizado de verde que nos deja junto a una de la torres del tendido
eléctrico.
Tras esta dura subida
disfrutamos con una senda muy divertida,
con
algún paso rocoso que inmortalizamos con nuestras cámaras.
Tras pasar por un
collado continúa bajando a media ladera para terminar junto a la carretera de
Robres por la que habíamos pasado antes.
Continuamos en dirección a las
minas
y continuamos por la senda que, tras cruzar el arroyo
y una fuerte
subida,
nos dejará junto a la carretera que va a San Martín.
Al abrigo del viento y
disfrutando de unas bonitas vistas almorzamos un poco y afrontamos la penosa
subida por la carretera de San Martín. Al rato la abandonamos y continuamos por
el camino que sale a la derecha.
Cuando coronamos el collado y
vemos a lo lejos el rebaño de ovejas ya sabemos lo que nos espera: los
mastines. Uno de ellos viene a saludarnos al camino y, después de los
consabidos abrazos, continuamos hasta el siguiente collado.
Desde aquí podemos ver Santa Cecilia y
la cara este de las Peñas del Leza, junto a Zenzano. Aquí abandonamos el camino
y nos tiramos por una senda rápida
que termina en una zona pedregosa
para bajar al barranco de San Martín a la
altura de unos corrales,
un poco más arriba del pueblo.
Aquí, el arroyo baja muy crecido
y han puesto un tablón para cruzarlo, prueba que cada uno superó como quiso y
pudo.
Y continua el disfrute por la
senda,
muy limpia y con apenas algún paso algo comprometido, muy rápida. Al cruzar
el arroyo
podemos ver la surgencia donde reaparece. Ya al final, en la
bifurcación, giramos a la derecha por donde habíamos subido para volver a las
minas.
Tras meditarlo mucho, nadie se
atrevió con el último escalón. No queríamos arriesgar con una caída el buen
sabor de boca que nos había dejado esta ruta que contó con todos los
ingredientes de una buena ruta: ascenso duro y exigente, senda divertida con
pasos técnicos, otra subida larga y otra senda rápida para el final, todo en un
paraje de gran belleza sobre todo en esta época del año. Y todo en 20 km. Qué más se puede
pedir? Bueno, si acaso, que Fernando no se canse de limpiar y divulgar sendas
por su zona. Desde aquí, muchas gracias por las cosas bien hechas.
Buena ruta nos salió, y eso que me costó convencerte de dejar la nieve en paz! ;)
ResponderEliminarTienes razón. Ya vale de tanta nieve. Ahora toca disfrutar de la primavera. A ver si se derrite pronto la que queda y podemos ganar altura en nuestras rutas.
ResponderEliminarMe encantan todas vuestras rutas, la verdad que están muy chulas
ResponderEliminarGracias por tu comentario. Lo cierto es que disfrutamos mucho planificando y haciendo este tipo de rutas. Celebro que te guste el blog.
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